Flipped ClassRoom

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Esbozo de proyecto ABP-Flipped

Rediseñando actividades según la taxonomía de Bloom

Gamify or die


Qué pereza nos da acercarnos a nuevos conceptos, más si cabe si salimos de nuestra zona de confort o incluso más, si estamos seguros de que lo que hacemos funciona. Antes de dedicar este espacio a discernir qué aspectos me parecen más o menos novedosos, atractivos o funcionales, me quedo con dos reflexiones personales.

Por mucho que sigamos cualquier nueva tendencia anglosajona sobre metodologías, nos esforcemos al máximo en el aula e invirtamos muchas horas extras no remuneradas en reciclarnos, debemos tener en cuenta lo siguiente:

Lo apuntaba uno de los enunciados de The Flipped Classroom. Podemos cambiar el nombre, darle la vuelta o incluso el idioma, pero ¿qué ocurre si esa innovación se convierte en una actividad tediosa para el alumnado?. Quizá ocurre habitualmente, el entusiasmo ante la novedad se convierte en pérdida de interés, tanto para el alumno o alumna como para el profesor y profesora.

Otro aspecto que me encuentro cuanto más profundizo en este particular es que la Enseñanzas Artísticas de Música, por ser las que conozco pero me consta que en otras ocurre lo mismo, llevan de serie y desde su nacimiento la gran mayoría de las grandes, exitosas, novedosas, funcionales, anglosajonas o no, tendencias relativas a metodologías, enfoches pedagógicos, etc. En cambio, no solo no se han tomado como ejemplo sino que las obligan a seguir las directrices estrepitosamente erróneas que han llevado a la situación actual a las enseñanzas obligatorias en España. El tema es muy amplio y caben muchas puntualizaciones pero no es el momento.


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